Mas que una Comunidad Somos una Familia
Nuestra iglesia fue fundada el 1 de Septiembre del 2009 en la ciudad de Monterey – México con la perspectiva de glorificar al Dios de las Escrituras Bíblicas a través de la promoción de su adoración, la evangelización de los pecadores y la edificación de los santos, enseñándoles a obedecer los mandamientos de la Palabra de Dios a fin de que usen sus dones espirituales para edificar, exhortar y consolar al cuerpo de Cristo.
Reconocemos a Cristo como la cabeza de la iglesia, y por lo tanto la Biblia, es nuestra autoridad final y nuestra única regla infalible y verdadera en toda nuestra manera de vivir.

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Nuestro Servicio de Adoración
Este Domingo a las 11:00am
de forma presencial
- Sea parte de nuestra Familia IJER a medida que aprendemos acerca de Dios y su amor por su pueblo.
- Queremos que conozcas a Dios, experimentes la libertad y descubras un propósito para que puedas vivir en la misión.
- Cantaremos canciones de alabanza y estudiaremos la Biblia. ¡Estamos emocionados de conocerte!
También puede Sintonizar nuestra transmisión a través Youtube y facebook los domingos a las 5:00pm
resumen
Principios No Negociables
- DIOS: Conocerle, amarle, glorificarle y Honrar a Dios en cada aspecto de su vida. Exaltar su santidad, separar lo extraordinario de Dios de lo ordinario del mundo.
- SU PALABRA: Toda la biblia es la palabra inspirada de Dios; nuestra regla infalible de fe y conducta, superior a la razón y a la conciencia.
- EVANGELIZACIÓN: Practica la Evangelización como un estilo de vida..
- RELACIONES INTERPERSONALES: Establece relaciones basadas en la integridad y respeto, amando y perdonando por Gracia, Así como nosotros fuimos perdonados por Gracia..
- CONSAGRACIÓN: Resultado evidente de Vidas cambiadas por medio de la Escritura, porque el conocimiento sin Amor de nada aprovecha.
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NUESTRAS ENSEÑANZAS
CREEMOS EN UN SOLO DIOS
Enseñamos que no hay más que «Un Solo Dios» (Deuteronomio 6:4), quien es eterno e inmortal (1Timoteo 1:17), Creador y Soberano sobre todo el universo, que orquesta activa o pasivamente todo cuanto ocurre (Lamentaciones 3:37-38). Por tanto, nada se mueve en su creación sin su consentimiento. Lo que Él desea hacer siempre lo lleva a cabo (Isaías 55:11), cumpliendo así sus decretos eternos e inmutables. Dios existe en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo (Mateo 28:19; 2 Corintios 13:13-14). Cada una de estas tres personas merece la misma adoración y obediencia.
Enseñamos que Jesucristo es el único Hijo de Dios, quien fue concebido por medio del Espíritu Santo y nacido de María, la virgen. Él tiene igualdad y co-eternidad con el Padre (Filipenses 2:6-7). Durante su misión en la tierra se hizo semejante a los hombres, siendo al mismo tiempo verdadero hombre y verdadero Dios. Con su encarnación no perdió ninguno de sus atributos divinos. Jesucristo es el agente de la creación, ya que todas las cosas fueron creadas por Él, por medio de Él y para Él (Colosenses 1:16).
Enseñamos que Jesucristo murió en la cruz por nuestros pecados (Romanos 5:8) y Él es el único agente de reconciliación entre Dios y el hombre (1 Timoteo 2:5; Hechos 4:12). Después de su muerte, resucitó corporalmente de entre los muertos y ascendió al cielo, pasando a ser nuestro Sumo Sacerdote e intercesor, sentado a la diestra de Dios Padre (Hebreos 4:14; 8:1-2; Romanos 8:34).
Enseñamos que el Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad, a través de la cual somos regenerados, y pasamos a ser nacidos de nuevo (Juan 3:5-8). Es este mismo Espíritu Santo quien ha sido enviado a convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:7-8).
El Espíritu Santo habita en el interior de cada creyente (Romanos 8:11). Él se encarga también de fortalecernos (Hechos 1:8) y guiarnos a toda verdad (Juan 16:13). Al hacer esto, Él glorifica a Jesucristo (Juan 16:14), puesto que nunca busca glorificarse a sí mismo. El Espíritu Santo, junto con Cristo, distribuye los dones a cada creyente (1 Corintios 12:4-7,11; Efesios 4:11), con el fin de glorificar a Jesucristo y fortalecer su Iglesia la cual es el cuerpo de Cristo.
CREEMOS QUE LA BIBLIA ES INSPIRADA POR DIOS
Enseñamos que todas las Escrituras fueron inspiradas por Dios (2 Pedro 1:20-21; 2 Timoteo 3:16). Cada autor fue movido y dirigido por el Espíritu Santo (preservando sus personalidades y estilos diferentes) para escribir la Palabra de Dios, de tal forma que no contienen error alguno en la revelación original dada por Él. Esta Palabra entonces es considerada inerrante e infalible y es la única autoridad en materia de fe y práctica; sus verdades son absolutas y eternas. Las Escrituras constituyen el único estándar por el cual debemos medir todo lo que hacemos dentro y fuera de la iglesia.
CREEMOS QUE EL HOMBRE FUE CREADO POR DIOS A SU IMAGEN Y SEMEJANZA
Enseñamos que el hombre fue creado por Dios, a su imagen y semejanza (Génesis 1:27), lo que implica que el hombre es un ser moral con capacidad para pensar, sentir y tiene voluntad propia. Dios creó al hombre sin pecado, en libertad para escoger entre el bien y el mal, pero el hombre pecó por decisión propia, manchando la imagen de Dios y esclavizando su voluntad al pecado (2 Timoteo 2:25-26; Romanos 8:6-7; Romanos 7:14; Juan 8:34,36). Por tanto, él está destinado a condenación eterna a menos que sea regenerado por el Espíritu Santo.
Enseñamos que la salvación es un regalo de Dios, obtenida por gracia, a través de la fe (Efesios 2:8-9), en Cristo (2 Timoteo 1:9). Creemos que Dios nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin manchas delante de él. Somos adoptados como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de Su voluntad para la alabanza de la Gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el amado (Efesios 1:4-6).
Dios le ha dado al hombre el privilegio de cooperar en la proclamación de su plan de salvación (Efesios 2:10 y 3:10).
Enseñamos que sin el derramamiento de sangre no hay remisión de pecados (Hebreos 9:22) y solamente el sacrificio de Cristo en la cruz puede proveer el perdón de nuestros pecados (1 Corintios 6:20). De esa forma pasamos de la esclavitud a la libertad, de la oscuridad a la luz y de la muerte a la vida (Efesios 2:1-2).
CREEMOS QUE LA IGLESIA ES EL CUERPO DE CRISTO
Enseñamos que todo aquel que ha puesto su fe en Jesucristo como Señor y Salvador, a través del Espíritu Santo, forma parte de la Iglesia universal. Esta Iglesia es el cuerpo de Cristo y por tanto ella no puede ser separada del Señor. (Efesios 1:22-23; 5:23 y Colosenses 1:24). Todos los creyentes deben participar activamente en la vida de la iglesia local (Hebreos 10:25).
Enseñamos que la Iglesia ha sido llamada a ser santa y sin mancha (Colosenses 1:22) y a esta Iglesia se la ha dado la responsabilidad de proclamar la obra de redención y de dar a conocer la sabiduría de Dios (Efesios 3:10-11).
CREEMOS QUE LOS SACRAMENTOS PARA LA IGLESIA SON LA COMUNIÓN Y EL BAUTISMO
Enseñamos que a la iglesia se le han dado dos ordenanzas. Nuestro Señor Jesucristo instituyó la Comunión en su última cena con los discípulos, (Mateo 26:26-30) para que fuese celebrada por creyentes solamente de una manera regular como un recordatorio de lo que Él hizo por nosotros en el Calvario (Lucas 22:19-20; 1 Corintios 11:26). Antes de esta celebración, el creyente debe examinarse y pedir perdón por sus pecados, de lo contrario traería juicio sobre sí mismo (1 Corintios 11:27-29). La segunda ordenanza es el Bautismo por inmersión, que practicamos después de haber creído en Cristo como Señor y Salvador, como una representación de nuestra unión con Él, al morir al pecado y al resucitar a una nueva vida. Cada creyente debe ser bautizado voluntariamente como testimonio público de su fe en Cristo y no como vía de salvación (Mateo 28:19; Efesios 2: 8-9).
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